miércoles, 31 de agosto de 2011
Industrias culturales: yacimientos de empleo
En esta época, de dificultades económicas y de escasa creación de empleo, resulta alentador descubrir sectores que puedan ayudar tanto a la creación de empleo, como a la creación de valor.
En todos los foros se habla de I+D como motor de futuro crecimiento y de la innovación en todos los ámbitos. La necesidad de inversión a, por lo menos medio plazo, tanto en formación como en instalaciones, hace postergar la generación de empleo cuando hay una necesidad urgente de dar salida a nuestros jóvenes. Jóvenes preparados o con una formación más básica, se encuentran en el mercado de trabajo a la expectativa de una generación de empleo difícil de visualizar.
Por suerte, el sector de las industrias culturales puede ser considerado como un verdadero yacimiento de empleo. Vamos a las cifras actuales. Hay que saber que, debido a la variedad del sector, la consecución de cifras sobre todos los aspectos del mismo, tanto a nivel estatal como autonómico, es particularmente complejo. Sin embargo, los datos disponibles nos pueden indicar tendencias de cara al futuro.
Hay más de 100.000 empresas en este sector con un crecimiento anual de 3% de promedio (sin contar las aproximadamente 1.000 fundaciones vinculadas a este sector). El empleo generado se estima en unos 750.000 empleos con un crecimiento, a lo largo de los últimos años, superior al 4% anual. A la vista de este panorama, es evidente que este sector resiste a la crisis mejor que otros y es capaz de crear empleos.
Es bien cierto que algunas grandes empresas del sector han efectuado reducción de plantilla por las necesidades de adaptarse a los nuevos hábitos de consumo. Si hablamos de consumo, hay que saber que, en la mayoría de los subsectores de las industrias culturales, el consumo ha aumentado. Damos algunos ejemplos evidentes: nunca en la historia de este país se había consumido tanta música, imágenes o libros. Tampoco se había utilizado tanto material escrito; ido al teatro o visitado exposiciones, museos, monumentos y edificios emblemáticos. Está claro que los hábitos de consumo han cambiado y, en consecuencia, los modelos de negocio tienen que cambiar. En la aplicación del modelo Del valor intelectual al valor económico desarrollado por Esade, se demuestra que no hay crisis de creación, sino una dificultad de llegar al consumidor que finalmente paga para que se cree valor económico y empleos.
Llegados a este punto: ¿quiénes son los consumidores de las industrias culturales? Primero: el aproximadamente 70% de los 45 millones de personas que residen en España son consumidores de alguna forma de industrias culturales. Segundo: la gran mayoría de los 53 millones de turistas que visitan este país también lo son. Las estadísticas lo evidencian: el turista no es ya el turista de playa y sol, sino que busca algún contenido cultural durante su estancia, aunque sea solo la visita de un monumento, un parque, o cualquier producto diferente a lo que le ofrece su país de origen.
Si hay consumidores potenciales, hay posibilidad de negocio y de empleo. Las cifras históricas nos demuestran que se ha actuado en este sector, pero hay que dar un empujón suplementario. ¿Cómo? Ahí vienen un par de ideas. Una: las escuelas de negocios de nuestro país deberían potenciar la creación de secciones y actividades de CulturEmprendedor que fomenten ideas y proyectos de gente joven y bien preparada que se puedan aplicar a este sector. Por otra parte y, aunque pueda parecer una paradoja, toda la prensa (bien sea nacional u autonómica) publica secciones culturales. En este espacio, se podría abrir una sección de CulturEmprendedor para dar a conocer los proyectos y captar socios y futuros consumidores.
Afortunadamente, y de forma general, el sector de industrias culturales no necesita más inversión en activos fijos de la que ya se ha hecho en el pasado que sea patrimonio histórico. Lo que precisa es explotar estos intangibles, que son la imaginación y la pasión, conceptos que no constan en ninguna partida de los balances empresariales. Estamos de suerte, tenemos un yacimiento de empleo, nos toca explotarlo y rápido.
José María Álvarez de Lara. Profesor del Departamento de Control y Dirección Financiera de Esade
Fuente: www.cincodias.com
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