lunes, 30 de agosto de 2010

La carta

Esta noche al llegar a casa he encontrado en el buzón tu carta. Es una de esas cartas que forman parte ya de la memoria colectiva, una carta escrita sobre una mesa de madera antigua –la que tienes en el salón de tu casa de Zeist– en un papel amarillento lleno de tachones que reorganizan tus pensamientos.
Tengo una caja llena de esas cartas que escribiste para mí pero, a diferencia de las anteriores, ésta me ha llevado un tiempo abrirla. Sabía lo que me iba a encontrar. Después de un rato intentando distraer mi mente en otras cosas me he decidido a romper el sobre con matasellos holandés y me he encontrado con esa letra tuya, de poeta, que tan bien conozco… y el sentimiento de pérdida y fracaso ha vuelto a mí… diez meses después…

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