miércoles, 31 de agosto de 2011
Industrias culturales: yacimientos de empleo
En esta época, de dificultades económicas y de escasa creación de empleo, resulta alentador descubrir sectores que puedan ayudar tanto a la creación de empleo, como a la creación de valor.
En todos los foros se habla de I+D como motor de futuro crecimiento y de la innovación en todos los ámbitos. La necesidad de inversión a, por lo menos medio plazo, tanto en formación como en instalaciones, hace postergar la generación de empleo cuando hay una necesidad urgente de dar salida a nuestros jóvenes. Jóvenes preparados o con una formación más básica, se encuentran en el mercado de trabajo a la expectativa de una generación de empleo difícil de visualizar.
Por suerte, el sector de las industrias culturales puede ser considerado como un verdadero yacimiento de empleo. Vamos a las cifras actuales. Hay que saber que, debido a la variedad del sector, la consecución de cifras sobre todos los aspectos del mismo, tanto a nivel estatal como autonómico, es particularmente complejo. Sin embargo, los datos disponibles nos pueden indicar tendencias de cara al futuro.
Hay más de 100.000 empresas en este sector con un crecimiento anual de 3% de promedio (sin contar las aproximadamente 1.000 fundaciones vinculadas a este sector). El empleo generado se estima en unos 750.000 empleos con un crecimiento, a lo largo de los últimos años, superior al 4% anual. A la vista de este panorama, es evidente que este sector resiste a la crisis mejor que otros y es capaz de crear empleos.
Es bien cierto que algunas grandes empresas del sector han efectuado reducción de plantilla por las necesidades de adaptarse a los nuevos hábitos de consumo. Si hablamos de consumo, hay que saber que, en la mayoría de los subsectores de las industrias culturales, el consumo ha aumentado. Damos algunos ejemplos evidentes: nunca en la historia de este país se había consumido tanta música, imágenes o libros. Tampoco se había utilizado tanto material escrito; ido al teatro o visitado exposiciones, museos, monumentos y edificios emblemáticos. Está claro que los hábitos de consumo han cambiado y, en consecuencia, los modelos de negocio tienen que cambiar. En la aplicación del modelo Del valor intelectual al valor económico desarrollado por Esade, se demuestra que no hay crisis de creación, sino una dificultad de llegar al consumidor que finalmente paga para que se cree valor económico y empleos.
Llegados a este punto: ¿quiénes son los consumidores de las industrias culturales? Primero: el aproximadamente 70% de los 45 millones de personas que residen en España son consumidores de alguna forma de industrias culturales. Segundo: la gran mayoría de los 53 millones de turistas que visitan este país también lo son. Las estadísticas lo evidencian: el turista no es ya el turista de playa y sol, sino que busca algún contenido cultural durante su estancia, aunque sea solo la visita de un monumento, un parque, o cualquier producto diferente a lo que le ofrece su país de origen.
Si hay consumidores potenciales, hay posibilidad de negocio y de empleo. Las cifras históricas nos demuestran que se ha actuado en este sector, pero hay que dar un empujón suplementario. ¿Cómo? Ahí vienen un par de ideas. Una: las escuelas de negocios de nuestro país deberían potenciar la creación de secciones y actividades de CulturEmprendedor que fomenten ideas y proyectos de gente joven y bien preparada que se puedan aplicar a este sector. Por otra parte y, aunque pueda parecer una paradoja, toda la prensa (bien sea nacional u autonómica) publica secciones culturales. En este espacio, se podría abrir una sección de CulturEmprendedor para dar a conocer los proyectos y captar socios y futuros consumidores.
Afortunadamente, y de forma general, el sector de industrias culturales no necesita más inversión en activos fijos de la que ya se ha hecho en el pasado que sea patrimonio histórico. Lo que precisa es explotar estos intangibles, que son la imaginación y la pasión, conceptos que no constan en ninguna partida de los balances empresariales. Estamos de suerte, tenemos un yacimiento de empleo, nos toca explotarlo y rápido.
José María Álvarez de Lara. Profesor del Departamento de Control y Dirección Financiera de Esade
Fuente: www.cincodias.com
lunes, 6 de junio de 2011
Cosas que no quise decirte
Me has pillado, revolviendo los recuerdos del pasado,
traficando con los cuentos que he inventado,
descubriendo cosas que ya había olvidado.
Me he quedado,
por si acaso encuentro algo, y he encontrado.
Por si hubiera que seguir hacia otro lado,
por si andara en el camino equivocado.
Hay cosas que no quise decirte, otras que no salieron,
a veces al mirarte me viste vaciándome en el suelo.
Me has pillado dando vueltas al recuerdo,
contaminándome de soledad,
trazando un plan para querernos,
buscando fórmulas para escapar,
sintiendo el moviendo.
El vértigo es la ausencia de la paz.
Hay cosas que no quise decirte, otras que no salieron,
a veces al mirarte me viste vaciándome en el suelo.
martes, 5 de abril de 2011
Two lovers... o el arte de renunciar a uno mismo
En Vértigo (1958), Alfred Hitchcock retrató como pocos el vértigo provocado por el amor-pasión, atrapado en la imagen idealizada de una mujer que también es su némesis. No es casual que las dos amantes del título de esta magnífica película, dirigida por James Grey, sean rubia y morena, como la Judy/Madeleine que obsesiona a Scottie en la obra maestra de Hitchcock. Representan, por un lado, los arquetipos de la mujer hogareña y la femme fatale que Hollywood ha patentado a lo largo de su fecunda historia. Y, por otro, encarnan el deseo bipolar de un suicida también bipolar (Joaquin Phoenix), que se debate entre hundirse en la más absoluta de las miserias con una seductora medusa (magnífica Gwyneth Paltrow), a la que puede ver a través de su ventana (otro guiño hitchcockiano), pero no poseer de verdad, o con una chica bien, educada y agradable (Vinessa Shaw), que sus padres le han brindado en bandeja de plata.
La última película de James Gray tiene en común con sus títulos mafiosos la necesidad de hablar de la familia como aparato represivo, pero también como último y definitivo refugio, aunque lo que la hace tan especial es su elegante y pesimista acercamiento al amor entendido no solo como el arte de renunciar a uno mismo sino de depender de esa renuncia.
martes, 29 de marzo de 2011
Vivir despeinada

Todos deberíamos atender esta frase con intensidad, sin poses, disfrutando cada momento, cada experiencia, cada afecto. Sin lugar a dudas, seríamos mucho más felices.
Hoy he aprendido que hay que dejar que la vida te despeine, por eso he decidido disfrutar la vida con mayor intensidad…
El mundo está loco. Definitivamente loco… Lo rico, engorda. Lo lindo sale caro. El sol que ilumina tu rostro arruga. Y lo realmente bueno de esta vida, despeina…
- Hacer el amor, despeina.
- Reírte a carcajadas, despeina.
- Viajar, volar, correr, meterte en el mar, despeina.
- Quitarte la ropa, despeina.
- Besar a la persona que amas, despeina.
- Jugar, despeina.
- Cantar hasta que te quedes sin aire, despeina.
- Bailar hasta que dudes si fue buena idea ponerte tacones altos esa noche, te deja el pelo irreconocible…
Así que como siempre cada vez que nos veamos yo voy a estar con el cabello despeinado…
Sin embargo, no tengas duda de que estaré pasando por el momento más feliz de mi vida.
Es ley de vida: siempre va a estar más despeinada la mujer que elija ir en el primer carrito de la montaña rusa, que la que elija no subirse.
Puede ser que me sienta tentada a ser una mujer impecable, peinada y planchadita por dentro y por fuera. El aviso clasificado de este mundo exige buena presencia: péinate, ponte, sácate, cómprate, corre, adelgaza, come sano, camina derechita, ponte seria… Y quizá debería seguir las instrucciones pero, ¿cuándo me van a dar la orden de ser feliz? Acaso no se dan cuenta que para lucir linda, me debo de sentir linda… ¡La persona más linda que puedo ser! Lo único que realmente importa es que al mirarme al espejo, vea a la mujer que queiro ser.
Por eso mi recomendación a todas las mujeres:
Haz el amor, UNA Y MIL veces haz el amor, Entrégate, Come rico, Besa, Abraza, Baila, Enamórate, Relájate, Viaja, Salta, Acuéstate tarde, Levántate temprano, Corre, Vuela, Canta, Ponte linda, Ponte cómoda, Admira el paisaje, Disfruta y, sobre todo, deja que la vida te despeine.
Lo peor que puede pasarte es que, sonriendo frente al espejo, te tengas que volver a peinar.
viernes, 25 de marzo de 2011
La danza es... por Anne T. de Keersmaeker
Podemos bailar en solitario y podemos bailar en grupo. Podemos compartir lo que nos une, lo que nos diferencia a unos de otros. Para mí, bailar es una forma de pensar. A través de la danza podemos encarnar las ideas más abstractas e incluso revelar lo que no podemos ver, lo que no podemos nombrar.
La danza es un vínculo entre personas, un puente entre el cielo y la tierra. Llevamos el mundo en nuestros cuerpos. A fin de cuentas, pienso que cada instante de danza forma parte de una función más vasta, de una coreografía que no tiene principio ni fin».
Anne Teresa De Keersmaeker (Mechelen, Bélgica, 1960), coreógrafa y directora de la compañía de danza Rosas.
martes, 15 de febrero de 2011
Muestra Internacional de Cine y Patrimonio 2011
Aquí os dejo el programa:
Lunes 21 de febrero
18.30h. Los sabios de Córdoba: Averroes y Maimónides en su tiempo y en el nuestro
Co-producción internacional, este largometraje documental navega entre el género histórico, la historia, la política, la religión y el mundo de las ideas para mostrarnos el«choque de civilizaciones» que parece caracterizar al mundo actual, y donde la religión sirve de justificación para guerras y atentados terroristas. El director Jacob Bender sigue la pista de dos personajes de Al-Andalus: Averroes y Maimónides que cristalizan, con sus vidas y sus obras, el espíritu de convivencia entre musulmanes, judíos y cristianos en aquella mítica España medieval. Para averiguar si ese espíritu es aplicable al presente, Bender emprende un viaje desde su ciudad, la Nueva York herida por el 11-S, que le lleva a Andalucía, Marruecos, París, Venecia, Egipto, Palestina e Israel, encontrándose con quienes hoy se sirven de la experiencia de aquellos dos sabios de Córdoba en pos de la conciliación entre razón y revelación.
20.15 h. Exit through the gift shop
Primera película documental del graffitero británico Banksy, nominada a los Óscar 2011 y que, por primera vez, podremos ver en Murcia. Su título hace referencia a la salida de las exposiciones hacia la tienda de regalos. Está basada en la obsesión del excéntrico vendedor de ropa T. Guetta por filmarlo todo, sin ningún tipo de guión ni prejuicios, hasta que entra en contacto con los principales representantes del arte callejero contemporáneo y, tras iniciar un reportaje sobre Banksy, decide convertirse en un artista. A lo largo del film Banksy llama a la reflexión, al considerar bastante gracioso que un arte concebido para el disfrute de los transeúntes acabe siendo considerado un símbolo de estatus social entre los coleccionistas. Exit through the gift shop es un (¿falso?) documental curioso, reflexivo, crítico y emocionante, que nos acerca a los creadores y a su forma de entender el mundo.
Martes, 22 de febrero
18.30 h. ¿Cuánto pesa su edificio, señor Foster?
¿Cuánto pesa su edificio señor Foster? es un documental que narra la trayectoria vital de uno de los arquitectos más emblemáticos del siglo XXI y su inquebrantable pasión por mejorar la calidad de vida a través del diseño. Recoge los orígenes de Norman Foster y cómo sus sueños e influencias inspiraron la creación de edificios como el aeropuerto de Pekín (el más grande del mundo), el Reichstag alemán, el edificio Hearst de Nueva York y construcciones como el puente más alto del planeta, el viaducto Millau, en Francia, entre otros.
Escrito por Deyan Sudjic, director del Museo del Diseño de Londres, y producido por su esposa Elena Ochoa, el documental lleva por título la pregunta que el mentor de Foster, Buckminster Fuller, le hizo una vez y que estaba ligada a la obligación moral de sostenibilidad que debe guiar la arquitectura.
20.15 h. Rubens. El espectáculo de la vida
Miércoles, 23 de febrero
18.30 h. Jean Painlevé: fantasía para un biólogo marino/Mosaici di Piazza Armerina
Jean Painlevé.- Padre fundador del cine científico y naturalista, Jean Painlevé realizó unas doscientas películas. Desde sus primeros ensayos, aporta la revelación mágica de un mundo desconocido y misterioso, el de la vida submarina hasta entonces inexplorada. Más allá del interés científico de sus realizaciones, la calidad estética da por resultado una atinada síntesis entre ciencia y arte. Este magnífico documental hace justicia a su extraordinaria contribucción artística.
20.15 h. Hotel Formentor
Jueves, 24 de febrero
18.30 h. La emoción del natural. Vida y obra de Joaquín Sorolla
20.15 h. Año nuevo en Poznan
Viernes, 25 de febrero
18.30 h. Balenciaga: permanecer en lo efímero
jueves, 10 de febrero de 2011
Move: arte y danza desde los sesenta. La interacción contemporánea entre ambas disciplinas
Allan Kaprow decía que, para los creadores de hoy en día, no es necesario decir soy un pintor, o soy poeta, o soy bailarín; todos ellos son simplemente artistas.
La Haus der Kunst de Múnich presenta desde mañana, en colaboración con la Hayward Gallery, Move, muestra dedicada a analizar las conexiones entre danza y arte desde la década de los sesenta a partir de danzas y performances que serán llevadas a cabo por artistas intérpretes y ejecutantes en las propias salas del museo durante el transcurso de la exhibición, que finalizará en mayo. Los visitantes podrán interactuar con ellos, convirtiéndose en participantes activos de Move y logrando alcanzar una experiencia física en la exposición.
Fue en Nueva York y en los sesenta cuando se erosionaron las fronteras entre arte y vida y cuando la crítica de arte alcanzo el clímax de su desarrollo. Entonces quedó patente que, junto a performances y happenings, la danza podía considerarse en sí misma una obra de arte más ajena al mercado que el resto.
En Múnich podremos contemplar esculturas de Trisha Brown, Lygia Clark y Robert Morris, así como el famoso Green Light Corridor de Bruce Nauman, que, gracias a su aislamiento acústico, logra aumentar la conciencia que el espectador tiene de su propio cuerpo. Junto a estos trabajos fechados en los sesenta y los setenta, Move incluirá las mencionadas coreografías en curso diseñadas por bailarines y artistas visuales; destacará entre ellas The fact of matter (2009), de William Forsythe. Se trata de un objeto coreográfico compuesto por 200 anillas de gimnasio que trata de ejemplificar las conexiones entre danza y escultura. Los visitantes podrán utilizar esas anillas para atravesar la sala donde se encuentra la pieza sin pisar el suelo, desafiando así su fuerza física y su agilidad mental.
Mike Kelley presentará en Múnich Test Room Containing Multiple Stimuli Known to Elicit Curiosity and Manipulatory Responses (1999-2010), una especie de sala de juegos equipada con objetos de gran tamaño que los espectadores podrán manipular a su antojo. También estarán representados en Move Dan Graham, La Ribot, Tino Sehgal o Franz West.
Revista Más de Arte, 10 de febrero de 2011
domingo, 23 de enero de 2011
El arte de la danza
"Si la danza es el lenguaje del cuerpo, el bailarín el instrumento, la técnica el modo de convertir el movimiento en armonía y belleza, el que todo esto sea un arte radica en que esos creadores llamados coreógrafos estén dotados de talento e inspiración. Belleza, serenidad, superación de dificultades, moldear los cuerpos hasta obtener unas líneas tan hermosas como increíbles. Es así como nos habla Ullate en su espectáculo 'El arte de la danza' que, estrenado hace unos meses, ahora llega a Murcia. Un bailarín solo en escena, Yester Mulens, inicia con su variación de increíble plasticidad el recorrido por diferentes estilos de danza, académica, libre, moderna, de calle, claqué, modalidades en las que se van incorporando los bailarines, chicos y chicas con juventud y fuerza arrebatadoras, preparación física y técnica perfectas. Fantástico Dorian Acosta. Contraste de la danza española, toque de humor clásico, divertida broma bien interpretada a base del tutú que baja del cielo, y Chopin, Wagner, Mozart compartiendo la música moderna de Bebe, Madredeus o el compositor japonés Kodo. Las mezclas, el orden de variaciones, la acertada escenografía, son los pilares fundamentales para que la coreografía al completo discurra con comodidad para el espectador. Eduardo Lao desde hace ya algún tiempo comparte con su maestro Ullate la responsabilidad de creación para la Compañía. Y el entendimiento artístico entre ellos está claro cuando se trata de dar un sentido a determinados montajes. Técnica y movimiento. Solos, paso a dos, a tres o a cuatro, un soplo de vodevil con 'remakes' conocidos, Rita Hayworth y su guante. Variedad musical, piezas diferentes. Y detrás de todo se adivina una intención, alusiones a la condición humana, canto a la vida y su belleza. Los ballets con argumento ya sabes de qué van. Pero cuando no hay argumento, entonces somos receptores de determinadas emociones y sensaciones. El truco está en saber oír y escuchar no solo la música sino también la danza y a quien con ella te habla".
sábado, 25 de diciembre de 2010
miércoles, 27 de octubre de 2010
El premio

Al parecer, la cosa funciona del modo siguiente: alguien que le gusta tu blog decide otorgarte un premio de talento y tú, a su vez, tienes que otorgarlo a otro u otros bloggeros que te gusten.
Así que voy a seguir con esta cadena y le voy a dar mi premio a dos de los bloggeros que más sigo y a los que tengo un cariño especial:
A Sushi de Anguila, por su blog Hora de pensar, porque es un pozo de sabiduría y aprendo muchísimo con él. Un abrazo chillao!
A Wunderkammer, por su blog homónimo, porque de mayor quiero llegar a escribir la mitad de bien que lo hace ella y porque su blog está lleno de pequeñas e intimistas curiosidades que merecen ser leídas. Un besico!
Y ya puestos a repartir alegrías también quiero dar este premio a Destripacuentos, porque sus imágenes, la música que elige para acompañarlas y sus textos se te agarran dentro y ya no te sueltan; así como a El blog de Scotty, porque si quieres saber algo de cine, en su blog lo tienes; y a Un blog y punto, que no se me podía olvidar... Espero que os haga la misma ilusión que me ha hecho a mí recibirlo.
martes, 21 de septiembre de 2010
Eddie Redmayne: el Renoir del cine británico
Vaya por delante que considero el reparto de la adaptación del best seller de Kent Follet de lo más acertado. En él podemos ver a actores de la talla de Donald Sutherland (como Bartholomew, conde de Shiring) o Ian McShane (como el cardenal Waleran), pero en este primer post de la sección me quiero detener en un actor que lleva llamándome la atención desde hace algún tiempo: Eddie Redmayne, que encarna a uno de los protas del libro, el escultor Jack Jackson.

Dice la IMBD que nació en Londres, un 6 de enero de 1982, que asistió al Eton Collage y que, posteriormente, estudio Historia del Arte en el Trinity Collage de Cambridge... Un English Gentleman de los pies a la cabeza, vamos... Empieza bien la cosa. Dice la prensa amarilla, sin embargo, que forma parte de lo que se empieza a llamar el brit pack, un grupo de jóvenes actores, todos ellos amigos de farra, capitaneado por Robert Pattinson, que están dando mucho que hablar... Se estropea la cosa... Y se estropea porque ya le gustaría al chico-vampiro tener la mitad de talento que ha demostrado poseer su amigo Eddie Redmayne y una asociación así le perjudica, a mi parecer, más que le beneficia, si eso supone que se le relacione más con el aborrecido fenómeno Twilight (resulta que no hace mucho rodó una pelí, The Yellow Handkerchief, con la lángida y sosa Kristen Stewart, la chica-humana de la saga, y cerramos así el círculo) que con sus extraordinarias dotes como actor, para convertirse en pasto de paparazzis (es penoso ver cómo en la rueda de prensa de presentación de la cinta en cuestión que co-protagoniza con la Stewart, las preguntas giraran siempre en torno a hasta-en-la-sopa-Robert-Pattinson).
Sigue la IMBD: Eddie Redmayne comenzó su carrera en el National Youth Music Theatre de Londres y realizó su debut profesional, como no podía ser de otro modo, con la obra de Shakespeare Twelfth Night, en 2002. Dos años más tarde, gana los premios al mejor actor revelación en los Evening Standard Theatre Awards y en los Critics' Circle Theatre Awards, por su interpretación de Edward Albee en The Goat, or Who is Sylvia?. En 2008, se subió de nuevo a los escenarios para participar en la obra Now or Later, en el Royal Court Theatre de Londres y, un año más tarde, en la obra Red, con la que ganó el premio Lawrence Olivier al mejor actor secundario. En 2010, con esta misma obra teatral de John Logan, ha hecho su debut en Broadway y ha ganado el Tony al mejor actor dramático... Se termina, rotundamente, de arreglar la cosa...
Y va a más: sólo hay que ver cómo llama la atención sus pequeñas apariciones en El Buen Pastor (donde impresionó hasta a De Niro), Elisabeth, la Edad de Oro o Las hermanas Bolena; cómo ha clavado -para quienes nos hemos leído el libro y esperábamos expectantes el resultado- el personaje de Jack Jackson en Los Pilares de la Tierra o lo desagarrada que resulta su interpretación de Antony Baekeland en Savage Grace... Y si es que hay que colocarlo en algún grupo, yo lo haría en otro brit pack, el capitaneado por Michael Sheen, seguido de cerca por James Mcavoy... actores de raza, actores capaces de transmitir mil sensaciones con un sólo gesto o con una mirada, dibujando unas interpretaciones llenas de sensibilidad y matices... Y es que al ver la manera de actuar de Eddie Readmayne, se me vino a la cabeza una pintura de Renoir: pequeñas y situles machas de color que, vistas en su conjunto, nos muestran a una mujer vestida de blanco, atravesando un prado...

Para saber más:
Eddie en IMBD
Eddie Redmayne: The Unconventional Actor
martes, 31 de agosto de 2010
Algunas reflexiones al azar sobre museos
Vaya por delante que a mi me encanta este tipo de museo. Hasta hoy creía que eran didácticos, que el visitante terminaba la visita habiendo aprendido algo, por lo fácil que resulta la compresión de un concepto determinado cuando se contextualiza visualmente, especialmente si se hace con la ayuda de las nuevas tecnologías... Y digo hasta hoy porque la ponente ha echado por tierra todas mis teorías en cuestión de una fracción de segundo.
Una de las chicas del público, que forma parte de la plantilla del ARQUA, comentaba que en su museo una de las quejas más recurrentes era que el visitante no llegaba a entender el mensaje que se quería transmitir y preguntaba si en el de Almería ocurría lo mismo. A lo que la representante del Museo de Almería ha contestado que sí, que ocurre, que según las evaluaciones que se hacen periódicamente el visitante sale con los mismos conocimientos con los que entró... pero que sale satisfecho. «No se entera de nada, pero le gusta el museo». Mi reacción casi automática ha sido dar un respingo en la silla. Los museos arqueológicos se han modernizado. Han dejado de ser museos de objetos (donde se exponían sin ningún pudor 1300 fragmentos de silex en una sola vitrina con sus 1300 cartelas identificativas sin más información que sus dimensiones y el lugar de procedencia –una información muy útil para el profesional que esté catalogando e investigando las piezas, pero que poco o nada ayudan al visitante–), para pasar a ser museos de conceptos donde los grandes protagonista son la tecnología y la escenografía... pero en los que el visitante sigue sin entender nada.
Y yo me pregunto, ¿no es ésta la misma crítica que se le hacía al museo tradicional allá por mayo del 68? ¿Es que tanta nueva tecnología nos está haciendo involucionar? ¿O es que, en realidad, el museo no ha cambiado tanto y sólo lo han hecho los medios con los que transmitimos el mismo mensaje? Ninguno, en realidad, salvo para aquél que tenga los conocimientos previos adecuados para entender aquello que se expone.
O no será que estos museos que se crearon a imitación del MARQ de Alicante están haciendo algo mal. O la empresa que los diseño (la misma para los tres museos: Alicante, Almería, Cartagena), o los responsables de planificarlos, o los gestores de las administraciones públicas que deciden crear museos como se asfaltan carreteras... así, sin pensar... En fin, parece que el museo está abocado a volver siempre al mismo punto de partida...
lunes, 30 de agosto de 2010
La vida
Ya hice cosas por impulso, ya me decepcioné con personas cuando nunca pensé decepcionarme, mas también decepcioné a alguien.
Ya abracé para proteger, ya me reí cuando no podía, ya hice amigos eternos, ya amé y fui amado, pero también fui rechazado. Ya fui amado y no supe amar.
Ya grité y salté de tanta felicidad, ya viví de amor e hice juramentos eternos, pero también “rompí la cara” muchas veces.
Ya lloré escuchando música y viendo fotos, ya llamé solo para escuchar una voz, ya me enamoré por una sonrisa, ya pensé que iba a morir de tanta nostalgia, y tuve miedo de perder a alguien especial (y terminé perdiéndolo) ¡pero sobreviví! ¡Y todavía vivo!
No paso por la vida… y tú tampoco deberías pasar… ¡Vive!
Bueno es ir a la lucha con determinación, abrazar la vida y vivir con pasión, perder con clase y vencer con osadía, porque el mundo pertenece a quien se atreve y la vida es mucho para ser insignificante».
Charles Chaplin
London... I love you
Y es que ese prototipo de gentlemen que tan bien describió Jane Austen aún se puede ver en las calles de Londres. El britishman por antonomasia, vestido con un abrigo de tres cuartos, guantes y bufanda perfectamente anudada al cuello, educado hasta decir basta y encantador, siempre encantador... Hasta el bombín, ese complemente masculino que yo creía ya formaba parte de las colecciones de los museos y de las películas de época, aún se puede ver en Londres... aunque quizá no sea tan habitual y sólo fue casualidad que los viera porque llegué un 5 de noviembre, día en el que los ingleses celebran no sólo la Bonfire night (la noche de las hogueras, cuando se simula el arresto y la quema de Guy Fawkes, revolucionario que intentó dinamitar el parlamente inglés y que inspiró la serie de cómic V for Vendetta) sino que también honran la memoria de todos aquellos soldados que perdieron su vida en algunas de las guerras en las que se vio envuelta su "graciosa majestad" desde la época de la reina Victoria.
Todo un alarde de virtuosismo unir ambos acontecimientos, todo hay que decirlo, pero un alarde muy elocuente de otra de las características de esta ciudad: la añoranza con la que sus habitantes se aferran al orgullo del imperio británico perdido. No sólo la rotunda arquitectura victoriana es un recuerdo constante del poder colonial que en su día ejercieron. Todos y cada uno de los monumentos y columnas de dimensiones imposibles al más puro estilo romano que decoran imponentes plazas y jardínes, así como los tesoros expoliados a las poblaciones dominadas que custodían sus excelentes museos, así lo atestiguan... Old style, pride... y quizá también algo de prejudice... Volvemos a la misma historia... Volvemos a la literatura.
Y es que es imposible hablar de Londres y no hablar de literatura. Y, especialmente, es imposible no hacerlo sobre uno de sus géneros: el teatro. Conté quince teatros únicamente entre Picadilly Circus, Coven Garden y el Soho. Kevin Spacey, con La herencia del viento; Keira Knightley, con El misántropo; o Jude Law con Hamlet, se atreven a enfrentarse cada noche con un público cuyos genes están ya trenzados con algún soneto de Shakespeare... Y eso es tener mucho valor... Junto a ellos, también el musical, en su espectacular renacimiento, domina la escena y las calles londinense... Los miserables, El fantasma de la ópera, Chicago, Billy Elliot...
Es imposible no perderse entre tantas luces de neón, entre tanto bullicio, entre tanta magia, entre tanto gentleman encantador, entre tanta historia... Es imposible no quedar embelesada por esta ciudad. London, I love you.
De cine... y otros recuerdos infantiles
Así empezaba la historia que nuestra abuela nos contaba justo antes de dormir, una historia en la que rememoraba cómo había conocido a mi abuelo. Ambos procedían de Cartagena y, al acabar la guerra, se habían instalado en Murcia, donde mi abuelo había abierto un pequeño negocio dedicado a la distribución de películas de la Universal. La oficina estaba situada en la calle San Lorenzo, en un edificio en el que también se encontraba la vivienda familiar. Mi padre cuenta cómo, los domingos, mi abuelo solía reunir a toda la familia en el salón y proyectaba, en una de las grandes paredes blancas de la habitación, las últimas novedades del Hollywood del momento.
Esta afición la heredó mi padre y recuerdo, de pequeñita, cómo en el salón de mi casa quitábamos los Kamarrupas de Vicente Ros de la pared y, mientras nosotras nos arrovillábamos junto a mi madre en un enorme puff blanco, mi padre se peleaba con las bobinas de un enorme proyector y, no sólo veíamos películas, sino también las imágenes que él había captado de nosotras con su Super 8... Y así por la pared del salón de mi casa pasaron el nacimiento de mis hermanas, sus primeros pasos, la primera nevada en Murcia, la crecida del río cada septiembre, el primer bando de la huerta, la primera Semana Santa, los bailes de fin de curso, las comidas familiares... pero también Rita, Marilyn, Audrey, Ava, Elisabeth, Katherine, Grace, Vivianne, Marlon, James, Clarke, Gene, Fred, Chaplin, Buster...
La sesión empezaba con dos gritos de guerra antagónicos: si la película en cuestión era de la Universal, todos gritábamos al unísono «¡¡¡Bien!!!», mientras que si aparecía el León de la Metro, las letras de la Paramount o la United, se debía escuchar un fuerte «¡¡¡puff, la competencia!!!».
Tan naturales y familiares eran para mi todos esos rostros en blanco y negro que, ya en el instituto, mientras mis amigas decoraban sus primeras carpetas con fotografías de los cantantes y actores más conocidos del momento, yo lo hice con los recortes de las estrellas del pasado... carpeta que se hizo inseparable y que me acompañó hasta el final de la carrera... y que aún hoy guarda celosamente mis apuntes de museología.
De todas las películas que pude ver de niña hubo una que realmente me impactó. Fue Mogambo, no sólo porque Ava Gadner está magistral en su interpretación de Honey Beer Kelly, sino por una escena en particular en la que Linda Nordley (Grace Kelly) es salvada por Victor Marswell (Clark Gable) de convertirse en el festín de una enorme pantera negra. La vimos, como no, en el salón de casa, aunque esta vez en la pantalla del televisor. Cuando terminó, le pregunté a mi padre. «Oye... esto... ¿tú sabes como se conocieron los abuelitos...?». «Sí, claro», me respondió él con una sonrisa de oreja a oreja. «Lo han contado mil millones de veces. En un safari por África. El abuelo salvó a la abuela de un león...».
La invitación
No me interesa saber que edad tienes. Quiero saber si te arriesgarás a parecer una loca por amor, por tus sueños, por la aventura de estar viva.
No me interesa saber que planetas están cuadrando tu luna. Quiero saber si has tocado el centro de tu propia pena. Si has estado abierta a las traiciones de la vida o te has vuelto marchita y cerrada por miedo a más dolor.
Quiero saber si te puedes sentar con dolor, tuyo o mío, sin moverte para esconderlo, diluirlo o arreglarlo. Quiero saber si puedes estar con alegría, tuya o mía, y si puedes danzar libremente y dejar que el éxtasis te llene hasta las puntas de los dedos de tus manos y de los pies, sin advertirnos de ser cuidadosos, ser realistas o recordar las limitaciones de ser humano.
No me interesa si la historia que me estás contando es verdad, quiero saber si puedes desilusionar a otros por ser sincera contigo misma, si puedes resistir la acusación de traición y no traicionar a tu propia alma.
Quiero saber si puedes ser fiel y, por lo tanto, confiable. Quiero saber si puedes ver belleza hasta en los días feos, y si puedes nutrir tu vida desde la presencia de Dios. Quiero saber si puedes vivir con fallos, tuyos y míos, y todavía pararte en la orilla del lago y gritar a la luna llena plateada…¡Sí!
No me interesa saber dónde vives, ni cuánto dinero tienes. Quiero saber si te puedes parar después de una noche de pena y desesperación, débil y moreteado hasta los huesos, y hacer lo que necesita estar hecho para los niños.
No me interesa saber quien eres, ni por qué estás aquí. Quiero saber si te puedes parar en el centro del fuego conmigo sin encogerte. No me interesa dónde, qué, o con quién has estudiado, quiero saber si te sostienes desde adentro cuando todo se cae a tu alrededor.
Quiero saber si puedes estar sola contigo misma y si verdaderamente disfrutas la compañía que mantienes en tus momentos de soledad».
Khalil Gibrán, Líbano 1883-1931.
Comenzamos de nuevo
No soy muy partidaria de hacer listados de propósitos de año nuevo, especialmente porque terminan siendo copias de una lista que elaboraste ni siquiera recuerdas cuándo, a la que vas añadiendo o quitando algún apartado en función de lo entusiasta o no que te hayas despertado ese día. Pero sí soy partidaria de hacer un ejercicio de limpieza mental y anotar todas aquellas sensaciones que me había dejado el año que se acababa, para empezar el nuevo con energías renovadas, me pareció una buena manera de soportar la resaca... Así que el 1 de enero me encontré abriendo el pequeño cuaderno de notas que había comprado algunos días antes y empecé a escribir...
Asi, en 2008, descubrí que el miedo sólo sirve para no dejarte avanzar y el valor que se esconde detrás de la frase “quien no arriesga, no gana”. Descubrí que a veces hay que dejar que las cosas sucedan, sin forzarlas, y al hacerlo descubrí que te perdía. Descubrí la tristeza que acompaña al fracaso después de un largo intento, pero también descubría que la pérdida, a veces, es buena y que las situaciones, cuando cambian, siempre lo hacen a mejor. Entonces fui capaz de descubrirme a mi misma a través de los ojos de otra persona... y desperté del letargo.
Redescubrí la magia que se esconde cuando se descubren las cosas por primera vez y, a través de la risa de un niño, descubrí la importancia de intentar no perder nunca la inocencia.
Descubrí que si buscas, no encuentras y que hay cosas que, por mucho que te empeñes, nunca cambian. Descubrí que quizá allí también reside la magia.
Descubrí nuevos lugares, conocí nuevas personas, redescubrí otros lugares... y otras personas.
Me reafirmé en la idea de que la felicidad está en los pequeños detalles y que tenía por delante otros 365 días para hacer del descubrimiento un lema y del comenzar de nuevo una constante que se repite tantas veces como sean necesarias.
Un poco tarde pero... Feliz año nuevo a todos!
A la sombra de Lilith
A la sombra de Lilith es un libro que, cosas de la vida, compré en Madrid allá por el año 2004 pero que, hasta hoy y pese a que el tema me interesa enormemente, no había empezado. Las primeras páginas ya prometen y le dedicaré un post entero nada más terminarlo pero, hoy, me gustaría dejar un pequeño fragmento de Virginia Wolf (Una habitación propia, 1928) que me parece muy inspirador y que, creo, define un bien entendido feminismo.
"Sería una lástima terrible que las mujeres escribieran como los hombres, o vivieran como los hombres, o se parecieran físicamente a los hombres, porque dos sexos son ya pocos, dada la vastedad y variedad del mundo; ¿cómo nos las arreglaremos pues con uno solo?".
Otra cosa es que entendamos que diferencia sea sinónimo de desigualdad.
La carta
Tengo una caja llena de esas cartas que escribiste para mí pero, a diferencia de las anteriores, ésta me ha llevado un tiempo abrirla. Sabía lo que me iba a encontrar. Después de un rato intentando distraer mi mente en otras cosas me he decidido a romper el sobre con matasellos holandés y me he encontrado con esa letra tuya, de poeta, que tan bien conozco… y el sentimiento de pérdida y fracaso ha vuelto a mí… diez meses después…
¿Se me ha pasado el arroz?
La gente debería pensar seriamente las preguntas que formula y, especialmente, a quien se las formula porque, a una persona como yo, cuyo deporte favorito es pensar demasiado, el lanzar una cuestión así puede traer como consecuencia toda una noche de insomnio… Y así estuve, hasta las tres de la madruga… cuando recordé un episodio de Sexo en Nueva York en el que Charlotte, histérica, gritaba: “llevo saliendo con chicos desde los 15 años… ¡¿dónde está?!” y otro, de Friends, en el que Rachel celebraba su 30 cumpleaños y hacía una lista de la cosas que aún le quedaban por hacer y, se da cuenta de que, dentro de su planning de vida, tendría que haber conocido al hombre de sus sueños hacía un año…
Así que, entre pensamiento y pensamiento, llegué a la conclusión de que, a mí, se me había pasado el arroz hasta para conocer a la persona adecuada. Pero también pensé que, sí así era, podría convertirme en la tía enrollada de mis sobrinos, en la amiga de mamá, en una buena diseñadora, en una bailaora aficionada de flamenco… en tantas cosas… Entonces me dormí. Y volví a ser Carrie. Otra vez.